“…¿Sin
tí, quién soy?
Solamente un filósofo, como
todos los demás.
…Leal lengua materna,
Quizá después de todo a mí me
toque tratar de salvarte.”
Czeslaw Milosz
***
“El amor de los padres y otros poemas”
se me presenta de golpe en algún lugar de Granada, Nicaragua; Ario E. Salazar,
su autor, trae consigo unos ejemplares entre ropa y objetos personales en su
mochila llena de sueños y proyectos. El poemario, su título, me dejó cierta
incertidumbre en torno a la dicotomía: Contenido – forma. Me preguntaba si el
título me sugería una especie de consejos y sugerencias a los hijos y el
respeto de ellos a aquéllos; en realidad, nada de eso encontré en su
interior…El amor de los padres y otros poemas me introdujo a un largo y complejo
túnel de variedad temática: La filosofía, el compromiso social, la necesidad de
replantear lo hecho y deshecho, replanteo de lo construido y lo deconstruido; la
nostalgia, el respeto y agradecimiento a los padres, el amor al terruño, la
dualidad oriundo-inmigrante; lo telúrico y lo pastoril, entre otros tantos
temas…
Escribir acerca
de un texto, criticar un texto, analizar un texto se convierte en una polémica
existencial; ello por una simpleza: el acto creador del poeta, a mi entender, desentraña una individualidad, dilucida un
estilo personalísimo; justifica una postura frente al mundo; argumenta una
interioridad, expresa sentimientos y por supuesto, claro está, muestra, hasta
cierto punto, un cierto dejo de egocentricidad como la característica que
define a las personas que creen en sus propias opiniones e intereses. Lo planteado,
ciertamente complica para realizar una reseña o una crítica a un texto
literario.
El poemario de
Ario E. Salazar, tal y como se advierte en la introducción, contiene “poemas de
amor, pero escritos en una larga estación de luto”; pero esos poemas de amor se
deslindan de ese amor ficto, de ese amor puritano, del amor a secas; el amor,
en su última producción poética, se concreta al describir, por ejemplo, su
terruño natal y particularmente su país natal.
Al internarse es las páginas de El amor de
los padres y otros poemas se va develando una poesía endosada al canon
surrealista y siempre solidificada de franqueza y de conmoción, que esta vez
viene acompañada de experiencias y vivencias propias; probablemente de vitrinas
donde observarse, a modo de reflejo, y reencontrarse como parte, como siendo
parte, siendo uno más entre tantos que recorremos el mundo penitenciando con nuestra cruz a cuestas. Infalible
comentario el bosquejado.
La idea objeto
de estas líneas contiene alta dosis del valor de la sinceridad, concatenada a
su íntima y profunda claridad argumental; libro vario temáticamente, pero, simultáneamente, coherente en todos sus elementos
constitutivos por el sustancioso y heterogéneo “stilus” del poeta; ése que, en
el poeta probo, surge, muchas veces, del
aciago y sombrío pretérito que acongojó sus ayeres
de infancia ya lejanos. El bregar lo ha llevado a la madurez hasta culminar en el manejo de su propia interioridad.
Justamente, eso atisbo en el poeta Ario
E. Salazar, literato sin disfraz ni falsedad,
enemigo de la búsqueda de la exquisitez personal, persistentemente pretenciosa y dramática. En
este orden de cosas, El amor de los padres y otros poemas se nos manifiesta, liviano
de bagaje, diáfano de adornos y atavíos, reconociendo, sin artificios, su empeño
de contribuir con la juventud salvadoreña; entendida esa contribución, como una
búsqueda constante e íntima de la adhesión al humanismo.
Una muestra
poética dedicada a la vida, al futuro, al desencanto, a un siglo XXI caótico, pervertido,
amañado, pero esperanzador; aunque, debo decir, una muestra poética vinculada a
la vivencia personal del poeta.
Un
acercamiento más preciso a la poesía de Ario E. Salazar nos llevaría, sin
discusión, a la tenue influencia de Luis de Góngora, en otras palabras, a su
reiterado uso de términos cultos, términos de diccionario; aclaro, no me
refiero a lo barroco del uso de formas poéticas de difícil comprensión y a
complejas y abundantes metáforas del Culteranismo; me refiero a ese rico vocabulario
encontrado en la mayoría de los poemas: Céreo, lenocinio, mitrada, almizcles,
límpida, tonsuras, cuévano, sentina, barbechos, amartele, brunas, ictericia,
rémora, lenitivo, parvo, légamo, íncubos, barruntado, orlada, pardés, turgente,
ubérrimo, indomeñable, lampadario, ergástulas, enteco, híbleo, aherrojamos,
sentina, gemebundo, feral, bazas, genuflecto, guayados, cuenco…entre otros.
Ario no se
olvida de los poetas, lanzando uno que otro dardo de ironía y crítica…
“A los ancestrales poetas
Porque de festín en festín
Y despoetizados…”
"Enseñoreados todos/ elocuentes los poetas”… (Primero de mayo)
“Y humillé la
flor trillada de los poetas” ( La
vacación del gígolo)
Hay un poema en prosa que describe una conversación entre el poeta y la
poesía…El poeta “que había pasado la
noche entera jorobado bajo una lámpara”,
cuestiona a la licenciosa poesía de dónde viene y porqué llegar tan tarde, tan de madrugada…Y en un
acto franco de reclamo, responde de manera indiferente: “si de veras te
interesa que te lo diga te lo diré de
una vez por todas: vengo de andar con la gente. ¿Y tú?”…(Ars poética)
No hay ninguna duda que existe una recriminación al
poeta en tanto éste, no sale de su microcosmo, de su burbuja, actuando siempre
de espaldas a la gente…La poesía tiene razón…
En “Parábola
del poeta y la poesía”, hay una especie de vendetta del poeta a la poesía,
sin embargo él deja al descubierto su conducta: “El poeta – que se reía de todo
a mandíbula batiente- para no bajarle los humos a la poesía de una sola
pescozada se apartó de ella en el acto…y salió a bailar un ratito con la
indecencia”
El amor de los padres y otros poemas, podría
aseverar con meridiana certeza, se
enmarca en gran dosis en la Poesía Conversacional, siguiendo a Ulloa Sánchez (2015)
“Tal vez la tendencia
poética que más impacto ha tenido en los lectores en nuestros días sea la
Coloquial o Conversacional. Tal como lo
dice su nombre esta es una poesía que se construye reproduciendo formas y
estructuras propias de la conversación cotidiana. La Poesía Coloquial o Conversacional es la
antítesis de la poesía hermética, críptica y retórica.”
La Poesía Coloquial o Conversacional ha llegado a un
público masivo cuando se ha hecho canción.
Joan Manuel Serrat, Payo Grondona, Pablo Milanés, Nacha Guevara; son
algunos artistas que han musicalizado textos de Benedetti, Fernández Retamar,
Pezoa Véliz, Efraín Barquero, Roque Dalton y muchos otros poetas que pueden ser
incluidos dentro de esta corriente.
La Poesía Coloquial no es un fenómeno literario
exclusivo de nuestra época. Poesía
coloquial ha existido desde tiempos remotos; poetas como Marcial, Catulo,
Campoamor, Pezoa Véliz, pueden ser incluidos en esta línea. Sin embargo, es necesario precisar que es
alrededor de 1950 cuando se da en Latinoamérica esta tendencia con renovados
bríos desplazando a las tendencias intelectualizantes.
Concluye Ulloa Sánchez: Como rasgos generales de la
Poesía Conversacional se podrían señalar:
·
Busca comunicar al lector sus experiencias, sentimientos y
convicciones políticas, ideológicas y religiosas.
·
Utiliza el lenguaje de la calle. A veces recurre a terminología propia de
jergas técnicas o políticas.
·
Uno de los fundamentos teóricos de esta poesía radica en el
supuesto que las realidades cotidianas están tan cerca de nosotros que dejamos
de verlas. La misión del poeta será
entonces ayudarnos a verlas como si fueran una novedad que nos ha de
fascinar. Una Poesía Coloquial se puede
referir al paradero de buses, a una bicicleta, a un panadero, a una separación,
es decir, a cualquier elemento de la vida cotidiana.
·
Es natural que la Poesía Coloquial recibiera el impacto de la
vida social y política de Latinoamérica.
Estos conflictos han sido tan severos que la Poesía Coloquial acusa el
golpe y se vuelve una poesía comprometida que denuncia las injusticias.
·
La Poesía Coloquial puede adquirir muchas formas:
autorreflexión, exhortación, narrativa.
“Levanto ambas cejas
me paso el índice de la siniestra
por cada una de ellas
Me llevo la punta del lápiz
a la lengua no lo niego”
(El
dibujante de pacotilla)
“Ayer dejaste de temerle
a la trampa visceral del viento.
En mi cuerpo tu soledad de cometa
había de beber su quemadura”
(Tarjeta postal)
“No ves que la patria se destornilla?
No ha acabado
de reventarnos
el lomo uno de ellos cuando...”
(El amor de los padres)
“Las patas hediondas de la majada
¡Dios santo!
Lo que pesaba su muchedumbre…”
“…démosle la vuelta al mundo
como lo hizo supermán…
…salió para la Barra de Santiago
y la
mar lo infló…”
(La
muerte del marero)
El
poeta teórico cubano Fernández Retamar (2015) señala algunas características de
la poesía conversacional:
·
La Poesía Conversacional se define
positivamente, es decir, no parte contra algo, sino que postula que debe ser
una poesía que llegue al hombre común y para eso utiliza el lenguaje de la
conversación habitual.
·
La Poesía Conversacional no se define del todo. Dentro de ella caben muchas corrientes
diferentes. Tampoco sus temas o tópicos
son los mismos para todos los poetas conversacionales.
·
La Poesía Conversacional puede ser grave,
tocar temas de profundo dramatismo, por ejemplo: los detenidos-desaparecidos,
los explotados, los torturados...
·
Pudiendo
ser seria, no cae en la solemnidad arcaica.
Es sencilla.
·
Es una
poesía que tiene clara conciencia de que es un vehículo de transmisión de ideas
políticas, religiosas, eróticas. Es opuesta
a la poesía escéptica.
·
Muestra
la sorpresa o el misterio de lo cotidiano.
·
No se
encierra en fórmulas. Es muy amplia en
las posibilidades de realización.
En ese orden de cosas, El amor de los padres y otros
poemas, se manifiesta como muestra de la poesía coloquial o conversacional.
Dos situaciones finales que debo mencionar en este
acercamiento a la poesía de Ario E. Salazar. Una, en torno al uso de la
variante dialectal salvadoreña, llámese habla coloquial salvadoreña; dos, lo relativo al amor, al arraigo al terruño.
Es que el poeta no puede soslayar la realidad de su natal Chalchuapa, no puede
evitar hablar como chalchuapaneco, como salvadoreño…
Notas
Ulloa
Sánchez O. (2015) Poesía coloquial o conversacional. Hagamos un trato. Revista Lakúma-
Pusáki /El fuego en el agua/ Año 13, número 50.
Fernández Retamar R. (2015) Poesía coloquial o
conversacional. Hagamos un trato. Revista Lakúma- Pusáki /El fuego en el agua/ Año 13, número 50.
Tony Peña --- Poeta, Catedrático y Crítico
Literario salvadoreño. Labora como docente del Departamento de Letras en la
Universidad de El Salvador, Facultad Multidisciplinaria de Occidente. Coordina
la Revista Minerva, órgano de difusión de la Facultad Multidisciplinaria de
Occidente. Su labor literaria discurre entre la cotidianeidad interior y el
acercamiento al erotismo. Algunos de sus poemas han sido publicados en la
Revista Minerva, Universidad de El Salvador (Facultad Multidisciplinaria de
Occidente); Revista “Papyroflexia…La poesía despierta”, Ciudad de Panamá,
Panamá y la Cabuda Cartonera Editorial, El Salvador. Ha participado en diversas
lecturas de poesía, entre las que destacan el Encuentro Internacional de Poetas
“El Turno del Ofendido” Homenaje a Roque Dalton, 2008,2010; auspiciado por la
Fundación Metáfora, la “Jornada de Poesía por la Libertad de los Cinco en El
Salvador”, 2011 y Festival de Poesía "Amada Libertad llevada por el
viento", 2014. Entre su obra está: “Poemas Cortos para Reír en Paz”,
“Desde mis entrañas y otros poemas”, "Tiempos de victoria",
"Poem Art, In Santana City", "Dimes y Diretes en Salsa a la
Salvatore" y “Margarita después de la lluvia” (Poesía Inédita). Escribe
ensayo y artículos, algunos publicados en los periódicos Co-Latino, El Tiempo y
El Calero; y en las revistas “Minerva”, “ALFABECÉ” y “Expedición Americana”. Es
considerado como trabajador de la cultura.
Me gusta mucho la poesía de Ario Salazar, siempre deja clara su forma de ver la vida en todos sus textos y su amor por la poesía, la cultura y las bellas artes
ResponderBorrarAbrazos furtivos desde lejos YeCa... gracias por tu comentario.
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